viernes, 17 de agosto de 2018



De Padres a hijos, la historia familiar, celebra con alegría y agradece a las familias que participaron del primer taller "Encuentro de tres generaciones".


Una tarde para profundizar los vínculos y nutrirse del afecto y la vitalidad de la tarea compartida.


 



 




miércoles, 25 de julio de 2018

Inicio


Nací en Buenos Aires. Crecí rodeada de voces – las de mis padres y abuelos-que relataban historias familiares. Algunas muy lejanas en el tiempo y otras en la geografía. Desarrollé mi gusto por el relato ni bien supe leer y escribir.

Trabajé con chicos desde los 15 años y lo sigo haciendo. Con ellos llegaron los padres y los hermanos. Así y gracias a mis estudios me convertí en terapeuta familiar y de grupos.

Fundé ADA - Aprendizaje de la Autoayuda - donde conjugué mis conocimientos de la educación y la psicología para trabajar con grupos de mujeres de todas las edades. Uno de los pilares en los que se basaba esta actividad era la escritura. Motivada por esta técnica terapéutica inicié un largo camino de 10 años en el taller literario de Sergio Sinay que luego continué en el de Adriana Romano durante tres años más.

El haber trabajado con mujeres mayores me llevó a España a hacer un postgrado en esa temática.

Estados Unidos y Francia me aportaron nuevos conocimientos en psicología: Gestalt y Resiliencia.

Los temas familiares siempre fueron objeto de mi interés y observación y el hecho de poder abarcar con mis estudios todas las edades me llevó a estudiar Psicogenealogía en las fuentes -Francia- a poco de haberse publicado este nuevo desarrollo en psicología gracias a la Dra. Anne Schutzenberger. 

Adentrarme en esta nueva metodología me permitió comprender el impacto y la trascendencia del lugar que cada uno ocupa en su mapa familiar y cómo vivencia los acontecimientos, los lazos afectivos, la cultura de su árbol genealógico y la fuerza con que los mismos pasan de una generación a otra.

Diez años trabajando en este tema me hicieron valorar la importancia de la transmisión, de la exploración de la historia ancestral, de la superación de los traumas, de la maravilla de los dones, de la persistencia de las repeticiones que nos determinan tanto en las fortalezas como en las debilidades.

Descubrí que escribir las historias sirve para comprenderlas y resignificarlas.  Ser una bisagra entre el pasado y el futuro es el compromiso que tenemos con las generaciones jóvenes y venideras. La historia humana no empezó con uno ni terminará con uno. Hacer del trayecto de vida un testimonio de lo mejor del ser humano es lo que da sentido a la existencia.